miércoles, 15 de abril de 2015
Fortuna Sonríe - El día siguiente 2
Me avisaron que acababan de hablar con su hermano y al parecer mi primo seguía empeorando. A la mañana siguiente mi madre y varios tíos salieron a Durango para ver a mi primo y al mediodía le marqué a mi madre para preguntar como seguía, pero me contestó mi tía diciendo que en ese momento mamá se estaba despidiendo...
Colgué y me senté a llorar, fue cuando decidí que también tenía que ir a verlo, estaba dispuesta a correr en ese momento a la central de autobuses pero tenía que resolver dónde dejar a Lucky. Entonces empecé a preguntar si alguien sabía de un hotel o nana para perros, me sorprendió mucho que se acercaran personas desconocidas a intentar ayudarme. Es increíble la manera en la que puedes atraer a la compasión y el amor si estas dispuesto a abrir tu corazón, quizás no funcione con todos, hay gente que carga con demasiadas capas encima pero si compartes tus problemas siempre vas a encontrar al menos a alguien dispuesto a ayudarte o escucharte en alguna medida.
Salí con un par de teléfonos y nombres cuando me topé con unos compañeros que me preguntaron si estaba bien, les conté y entonces se ofrecieron a cuidar a mi perra, me sorprendí doblemente porque en mis vidas pasadas no había conocido a personas así, me desconcierta, aveces no se que decir o como comportarme. Me acostumbre a solucionar mis problemas sola, a mantenerme callada y a no esperar nada de nadie, creía que el mundo era así y yo un bicho raro.
Por eso todos los días que voy a la escuela y los veo es como una terapia al corazón. Aun no se me quita la costumbre de no hablar mucho pero es una delicia escucharlos reír. Me siento más fuerte. No lo puedo explicar ¿Cómo es que puedes curar a alguien sólo con una sonrisa?...
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