sábado, 13 de septiembre de 2014

Fortuna Sonríe II - Fuka Luka

Después de las vacaciones de verano, me mudé a un nuevo apartamento, era un lugar realmente pequeño con muchas deficiencias pero tenía la privacidad que anhelaba y además aceptaban mascotas.
Habia decidido conservar a Lucky después de que casi muere en la cirugía para esterilizarla a causa de una sobredosis de anestesia y además estaba siendo tratada por una extraña infección de hongos que le había comido casi hasta el hueso la carne de la muñeca de una de sus patas delanteras. La herida era tan severa que le tuvieron que dar un par de puntadas, luego tuvo que llevar un yeso por unas semanas y por último tuvo que ser tratada con un remedio "casero " que incluía ponerle ácido bórico mezclado con otros componentes para ayudar a la regeneración del tejido de tal manera que la herida resultara lo menos antiestética posible.



Debo abrir un paréntesis para describir el carácter de Lucky del cual no he escrito hasta ahora. Lucky resulto ser extremadamente inteligente; a la semana de haberla recogido, contando a lo sumo con 3 meses de edad, ya había aprendido un par de ordenes como el de sentarse o esperar. Le empece a enseñar ese tipo  de cosas en parte por la presión de mis entonces compañeros. Otro tanto de su capacidad para interpretar mis gestos y palabras creo que se debió al hecho que desde que la recogí siempre la llevé a todos lados conmigo y le hablaba todo el tiempo; todo el tiempo conversaba con ella y la llevaba a situaciones nuevas y creo que todo ese contacto se encargo de estimular su mente dando como resultado a mi pequeña pesadilla.



El secreto de Lucky es no sólo que cuenta con una gran capacidad de aprender y retener cosas lo que creo que la vuelve extraordinaria es su inteligencia emocional, lo cual la vuelve un animal extremadamente sensible pero desafortunadamente me llevó algo de tiempo comprender eso y es que yo no era capaz de entender por qué cada vez que tenia que salir de casa, al volver encontraba todo hecho un desastre; ropa mordisqueada, revistas libros cds, celulares e inclusive mi psp pasaron por sus tiernos dientecillos y literalmente en cada una de las ocasiones yo lo que quería hacer era matarla. Estaba completamente desconcertada no podía entender por qué me hacia eso; la tome por un animal malagradecido e inclusive malicioso. Me apena decir que su comportamiento al dejarla sola era tan atroz que me llegó a pasar por la mente volverla va botar a la calle, pero nunca pude hacerlo porque me di cuenta  que la amaba y además me di cuenta que después de que pasaran muchos años quizás al final de mi vida yo no me iba a acordar de la ropa que había mordido o los cds, nisiquiera de mi psp, lo que iba a recordar y me iba a llevar gravado en mi corazón a la tumba iban a ser los buenos momentos que había pasado con ella, me iba a llevar su cola batiéndose de un lado a otro, la sensación de su pelaje entre mis dedos, su mirada luminosa, su calor, y me di cuenta que las cosas eran sólo cosas que igual tarde o temprano iban a terminar botadas en la basura pero mi perra no.







Y lo que hice entonces fue intentar abordar el problema desde un ángulo distinto.  Investigué en internet, hablé con varias personas y finalmente pude comprender lo que le ocurría a mi perra, ella padecía de ansiedad por separación  y entonces todo tuvo sentido. Me di cuenta que cuando la dejaba sola ella se sentía profundamente angustiada, sola y triste y canalizaba todo eso destruyendo cosas y pues después de pensarlo, resulto obvio porque siempre la había llevado conmigo a todos lados y ahora que las clases habían reanudado no podía hacer eso y tenia que dejarla sola  4 o 5 horas.
Entendiendo eso, cambié de a poco  mi rutina reduciendo el tiempo que me ausentaba, sacándola a pasear, comprándole juguetes y asegurándome de dejarla lo más calmada posible antes de irme y así con el tiempo fue mejorando.
Hoy nuestra relación es estupenda y no tengo miedo de dejarla en casa, jugamos mucho y creo que nos comprendemos mutuamente sin decir palabras y eso me parece increíble. Aunque tuvimos que atravesar muchas más aventuras para llegar a este punto y seguramente tendremos que atravesar más, ya no me importa porque sé que no estoy sola.



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