martes, 30 de septiembre de 2014
Fortuna Sonríe- Sol dorado
La Navidad del 2000 recibí a Laika. Estaba desayunando cuando el timbre sonó, al abrir vi un jardinero, llevaba de una cuerda a una perrita colorada. Era mi regalo. Hacia tiempo que quería un perro grande, tenia en mente algo como un rotwiller, pero mi mamá creyó que lo mejor para mi era un cobrador dorado.
Mi mamá después me explicó que todas las mañanas cuando salia a caminar al parque pasaba por una casa donde siempre tenían amarrada a esa perra a un poste. Me contó que al dueño de la casa se la habían regalado pero como era muy traviesa no la quiso y se la regalo al cocinero, este a su vez al chofer y el chofer por ultimo al jardinero. Con el tiempo la perra saludaba a mi mamá y mi mamá acariñaba a la perra de camino. Con eso mi madre se dio cuenta que era un animal noble y manso y se la compró al jardinero para mi.
No se por cuantos meses la tuvieron amarrada pero cuando llegó a mi casa de "cachorra" solo conservaba el nombre (asi la llamaban) al día de hoy calculo que tendría cuando llegó unos 8 meses, pero siempre celebré su cumpleaños en dia que llegó.
Laika al día de hoy permanece invicta en muchas cosas, como por ejemplo la mayor cantidad de escapadas, 61 tan solo el primer año, pero siempre volvía o más bien siempre me hacia correr como loca detrás de ella. Otro récord que mantiene lo llamo "la mayor cantidad de metros arrastrando a tu amo mientras este te suplica que pares" y mi favorito, aunque algo asqueroso " la mayor cantidad de pájaros atrapados y devorados al vuelo". Nunca la reprendí por eso, supongo que esa afición asquerosa se debía a su sangre de cobrador.Y anécdotas de mañanas soleadas y de tardes
despreocupadas se cuentan por cientos. La verdad es que siempre fue un deleite tomar baños de sol a su lado, de echo ella fue la que me enseñó a disfrutarlos.
Laika tuvo una única camada el 6 de Agosto del 2003, al mismo tiempo que Peke. Creo que esa fue de mis épocas mas felices rodeada de cachorros rechonchos, cachetones y esponjosos. Me quería quedar con un cachorro pero no me lo permitieron así que regalamos a todos a buenos hogares. Laika también perdió a una cachorra, su nombre era Mosel, recuerdo que intente darle masaje en el corazón y respiración artificial pero ya estaba fría, por eso le puse Mosel a la cachorra que le sobrevivió a Peke.
Agosto del 2014
-Acababa de volver a casa después de haber vivido casi cuatro años lejos. Tu y todos, me recibieron con alegría, pasamos una buena tarde como muchas otras y como había pasado mucho
tiempo lejos, quise que durmieras conmigo, te había extrañado mucho, solo quería estar contigo-...
Esa noche Laika empezó a vomitar y a orinar sangre y al día siguiente me entere que estaba enferma de los riñones. No me lo habían dicho para que no me preocupara. De cierta manera Laika me había esperado para despedirse y me quiso regalar una última tarde feliz.
Los siguientes cuatro días me quede a su lado día y noche, me costaba mucho trabajo coger el teléfono y hacer la llamada. La última mañana amanecí con ella en el patio abrazándola, el día
estaba soleado y la mañana era fresca, realmente no reflejaba mis sentimientos, más bien reflejaba cómo había sido mi perra toda la vida, como un sol cálido y tierno. La mire, y vi como el universo
entero tras su ojos, sentí su alma y la mía a través de ellos...
Al mediodía la sacrifique, se durmió en mis brazos, no hizo falta decir nada ya nos habíamos dicho todo esa mañana a solas.
En su memoria me prometí vivir como un cobrador dorado, sin ninguna presunción y sin ningún otro ánimo que cultivar el modesto arte de ser feliz.
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